Proverbs 3

La sabiduría y el temor de Dios

1
1 ss. Vemos cómo insiste sobre ese admirable concepto de que los mandamientos no son órdenes despóticas, sino muy al contrario, normas indispensables para la felicidad.
Hijo mío, no te olvides de mi ley; guarda en tu corazón mis preceptos,

2porque te darán longevidad, (felices) años de vida y prosperidad.

3¡Que nunca la misericordia y la verdad se aparten de ti! Átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón.

4Así hallarás gracia y verdadera sabiduría a los ojos de Dios y a los ojos de los hombres.

5
5 ss. Véase esta doctrina ampliada en Salmos 36, 5; 93, 11 ss. y sus notas.
Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia.

6En todas tus empresas piensa en Él, y Él dirigirá tus caminos.

7No te creas sabio a tus ojos, teme a Dios, y huye del mal;

8
8. Literalmente: Esto será sanidad para tu ombligo y riego para tus huesos. El sabio promete a los que cumplen con el temor de Dios, no solamente los bienes sobrenaturales, sino también los de orden temporal (versículo 2). “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se os darán por añadidura” (Mateo 6, 33). El arqueólogo judío doctor F. Lachmann hace notar que durante muchos siglos en Israel no existía la medicina, porque las enfermedades solo eran curadas por el mismo Dios, y que Él las enviaba a veces como castigo, o como prueba, pero generalmente como anuncio de muerte próxima. Cf. Isaías 38, 1 ss.
será medicina para tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.

9
9. Bien dice honra y no obsequio porque Dios no lo necesita. Salmo 15, 2 y nota. Sobre las primicias véase Éxodo 23, 19; 34, 26; Deuteronomio 26, 2; Eclesiástico 7, 34; 14, 11; 35, 10; Tobías 1, 6.
Honra a Dios con tu hacienda, y con las primicias de todos tus frutos;

10
10. Sobre las bendiciones prometidas véase Malaquías 3, 8 ss.
con eso se llenará de abundancia tus graneros, y tus lagares rebosarán de mosto.

11No deseches, hijo mío, la corrección de Yahvé, ni tengas aversión cuando Él te reprenda.

12
12. Cf. Ester 13, 18 y nota; Sabiduría 11, 11; Eclesiástico 2, 1; Santiago 1, 2 ss. El Apóstol de las gentes explica admirablemente este punto. Véase Hebreos 12, 5 ss.; Apocalipsis 3, 19.
Pues Yahvé castiga a aquel a quien ama, como un padre al hijo en quien se complace.

Preexcelencia de la sabiduría

13
13 ss. Véase 2, 4 y nota sobre el valor de la sabiduría.
¡Dichoso el hombre que halló la sabiduría, el varón que ha adquirido la inteligencia!

14Mejor es su adquisición que la de la plata; y más preciosos que el oro son sus frutos.

15Ella es más apreciable que las perlas; no hay cosa deseable que la iguale.

16En su diestra (trae) larga vida, en su siniestra riquezas y honores.

17
17. Deliciosos: He aquí el secreto que solo descubren los que hacen la experiencia. Véase Sabiduría 10, 4 y nota.
Sus caminos son caminos deliciosos, y llenas de paz todas sus sendas.

18
18. Cf. Mateo 11, 29 s.; Jeremías 6, 16; Cantar de los Cantares 8, 7. Evoca el árbol de vida que estuvo en el paraíso (Génesis2, 9; 3, 22). La sabiduría dispensa la larga vida que todos anhelan. Véase versículo 16 y las admirables promesas de Jesús en Juan 6, 40, 59; 11, 25 ss.
Es árbol de vida para los que echan mano de ella, y dichoso el que la tiene asida.

19
19 s. Este pasaje lírico es un nuevo elogio de Jesús, que es la sabiduría encarnada (1, 2 y nota), por quien y para quien fueron hechas todas las cosas (Juan 1, 3), y por quien es dado al Padre, “Creador del cielo y de la tierra”, todo honor y gloria, como dice, al terminar, el Canon de la Misa. Porque el Padre pone todas las complacencias en ese Hijo, como Él mismo nos lo dice en el Bautismo de Jesús (Mateo 3, 17), y en la Transfiguración (Mateo 17, 5).
Por la sabiduría fundó Dios la tierra, y por la inteligencia estableció los cielos;

20por su ciencia fueron abiertos los abismos; y destilan las nubes rocío.

21Hijo mío, no se aparten ellas de tus ojos; guarda la sabiduría y la prudencia;

22pues serán vida para tu alma y adorno para tu cuello.

23Así seguirás confiado tu camino, y no vacilará tu pie.

24
24. Tu sueño será dulce: He aquí otro de los bienes que en vano se buscará en la medicina si no se tiene la amistad de Dios. El que la tiene se gozará aun en los insomnios. Cf. Salmo 62, 7 y nota.
Te acostarás sin temor; y si te acuestas, tu sueño será dulce.

25
25. David dice: No temerá terrores nocturnos (Salmo 90, 5); y tampoco malas noticias (Salmo 111, 7).
No tendrás que temer repentinos espantos, ni los ataques de los impíos cuando te acometieren;

26
26. Vemos aquí la diferencia esencial con la sabiduría pagana, que es obra del esfuerzo humano, en tanto que la sabiduría bíblica es obra de Dios, y es también Él quien da sus frutos.
porque Yahvé estará a tu lado, y preservará tu pie de quedar preso.

Caridad y paz con el prójimo

27
27. No niegues. El que pudiendo no lo hace, peca, dice Santiago 4, 17.
No niegues un beneficio al necesitado cuando esté a tu alcance el hacerlo.

28
28. Esta preciosa norma se nos da también con respecto a los salarios. Véase Levítico 19, 13.
No digas a tu prójimo: “Vete y vuelve, mañana te daré”, estando en tu poder el (atenderlo).

29
29. El que odia es homicida, dice San Juan (I Juan 3, 15). Sobre la traición a la confianza véase Salmo 54, 14 y nota.
No maquines ningún mal contra tu prójimo mientras él vive tranquilamente contigo.

30Jamás pleitees con nadie sin motivo, si no te ha hecho mal.

31
31. Es el asunto tratado en el admirable Salmo 36.
No envidies al hombre violento, ni sigas sus senderos.

32Porque Yahvé detesta al perverso, pero tiene trato íntimo con los justos.

33Sobre la casa del malvado pesa la maldición de Yahvé, el cual bendice la morada del justo.

34
34. “Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes”. Cf. Salmo 33, 19 y nota; Santiago 4, 6; I Pedro 5, 5.
Se burla de los burladores, y da su gracia a los humildes.

35La gloria es la herencia de los sabios, en tanto que los necios se acarrean ignominia.
Copyright information for SpaPlatense